Raquel Martínez es coordinadora de proyectos y calidad de Grupel, una de las mujeres de la Ingeniería de la empresa, en un sector donde predominan los hombres. Con una larga experiencia en el trabajo y en la industria, Raquel lleva la Energía de Grupel más allá, superando los retos diarios y coordinando muchos aspectos de la producción de nuestras soluciones energéticas.
La ingeniera habla de su rutina en la empresa y de sus experiencias en el sector, revelando lo que la mueve y los objetivos que tiene para el futuro.
Llevo casi 12 años trabajando en Grupel, desde que Grupel compró Cymasa en 2010.
Bueno, al principio se debió a mi curiosidad: ¿cómo y de qué podemos producir algo? Siempre me ha interesado la industria y las diferentes fases que componen el desarrollo de un producto, principalmente la de la concepción y diseño, pero también la de producción y cómo, en esa fase, se buscan soluciones para optimizar los recursos disponibles.
En los últimos años, he trabajado en la gestión de proyectos especiales en Grupel, lo que me permite estar presente en todas las etapas, cogiéndolo como propuesta en el área de ingeniería de aplicación y ventas y acompañándolo en las fases de ingeniería de detalle, compras y producción. Asimismo, estoy en contacto permanente con el cliente, asegurándome de que cada paso que damos está orientado a su satisfacción.
Poder aprender de cada uno de mis compañeros con los que comparto un proyecto, independientemente del departamento. Y recibir comentarios positivos de los clientes, tanto en lo que respecta a la calidad del producto como al servicio prestado y a la relación que mantienen con Grupel.
Me encantan los clientes exigentes, creo que sacan lo mejor de nosotros. Sin embargo, hay un tipo de cliente que me gusta menos: los que exigen un esfuerzo adicional, no para garantizar que se satisfagan sus demandas, lo cual es perfectamente normal, sino para imponer una solución o una forma de trabajar que sabemos, por nuestra experiencia de más de 45 años en el sector, que no es la más adecuada o que incluso puede causar problemas. El reto aquí es explicar y hacer ver al cliente la mejor solución, lo que no siempre es fácil.
Desgraciadamente, las mujeres en la ingeniería y en cualquier sector tenemos retos añadidos, todavía hay mucha gente que no se fía de nosotras a la primera. Sin embargo, me considero un privilegiado. En Grupel, tanto yo como mis compañeras somos valoradas por el trabajo que hacemos, sin tener que hacer un esfuerzo extra para demostrar lo que valemos, aparte de presentar los resultados de nuestro trabajo.
Me gustaría continuar con el desarrollo de proyectos relevantes para Grupel. Explorar nuevas aplicaciones en las que las exigencias del cliente impliquen retos para todos nosotros. Analisarlos mirando cada punto crítico con el respeto que merece, pero con la confianza de que no sólo se realizarán, sino que tendrán éxito.
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